jueves, 3 de enero de 2013

El camino de la sabiduría y la sabiduría del camino


Cada uno tiene su camino, hay caminos para todos.
Para ir de casa de Jakie a casa de Alberto y viceversa hay cuatro maneras: por el zanjón, por el barranco, por el secreto o por el camino real (el último que descubrí).
Cada cual escoge el suyo por afinidad.
El paisaje te acoge y entras en él.




He caminado varios de los caminos, afortunada de haber sido guiada por los caminos concretos y por los selváticos. Los selváticos, por supuesto, son más hermosos; siempre se puede hacer tiempo para detenerse en el manantial donde beber en el pocito de la mano el agua es más clara y pura, o ver una mariposa que brilla como grandes ojos. El camino selvático suele ser el más equilibrado en luces y sombras.



Sólo conoces realmente el camino cuando lo caminas solo, de día y de noche. Anoche hice parte del camino a la luz de la luna, porque he sido bendecida por la mano poderosa que me guía en este viaje: incluso la noche clara para revelarse con dulzura y discreción.
Caminar de noche enseña otras cosas a los pies, otra manera de tantear y afincarse. Menos visual, más tactil.




La primera noche me caí de culo. Poco a poco mis pasos van entendiéndose mejor con el camino. Hay un balance entre la montaña y quien camina sobre ella: pareciera que la mejor manera no es caminar sobre ella, sino dentro de ella.




Hay quien se conoce un camino a memoria, desde la primera vez que lo camina y no se le olvida más nunca. Poderes de quienes realmente saben caminar. Los niños, por ejemplo.
Vuelvo a pensar en Bruce Chatwin y los caminos que cantan la creación perpetua y la geografía de Australia.




El camino es diferente según con quien lo camines. Dependiendo de la compañía, puedes ir viendo las montañas, los puentes, o las estrellas. La cresta de la montaña, la nieve sobre el pico, el cielo y sus nubes. O escuchar la quebrada. Cuando caminas, pierde pronto tus miedos, no vaya un momoi a hacerte una jugarreta, para aprovechar tu distracción.
Has de aprender a pisar suave y firme.


Caminando con Kashi y Alberto




Realmente toca bailar la ola en estos parajes.
Hoy comienza una nueva aventura, salgo al páramo con la chamana.
Hasta el otro rato, quienesquiera que pase por aquí, buen viaje!


La canción de Hugo: Calle13, PalNorte
(Gracias Hugo, te extraño)

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